En España no existe una regulación específica sobre turismo accesible, aunque existen normativas sectoriales (turística, discapacidad, urbanismo…), que hacen referencia a la accesibilidad de las personas con algún tipo de discapacidad, su derecho al libre movimiento, igualdad de trato y no discriminación como una exigencia ineludible, así como una normativa para ascensores.
En el caso de las casas rurales, este imperativo se traduce en la necesidad de reformas que actualicen la edificación y modernicen la arquitectura para poder acoger a cualquier tipo de cliente y ofrecerles la mayor comodidad independientemente de si necesitan ayuda para su movilidad.
Rampas en una casa rural ¿merece la pena?
Para poder hacer un edificio accesible a todo el mundo, hay que eliminar las barreras que suponen las escaleras y los desniveles para quienes conviven con un problema de movilidad reducida y necesitan ayudarse de una silla de ruedas o un andador.
Una solución para este problema podría ser una rampa, pero hay que tener en cuenta que las rampas deben tener una serie de características para considerarse aptas y resolver esta cuestión. Una rampa demasiado empinada, más que un remedio es un peligro. Si es demasiado estrecha, no permitirá que se maniobre sobre ella y tampoco vale como adaptación del edificio.
Una rampa adecuada para hacer accesible una casa rural a personas con movilidad reducida o discapacidad debe tener una anchura mínima de 120cm y la pendiente varía según la longitud, de manera que si la rampa tiene un recorrido menor de 3m, podrá tener un máximo del 10% de pendiente; si su recorrido es de 3 a 6 m, tendrá un máximo de 8% de pendiente; y si el recorrido es de 6 a 9 m, la pendiente deberá ser menos del 6%.
Si la rampa supera los 9m, deberá tener un ancho mínimo de 150cm y tener varios tramos con rellanos intermedios.
El problema de una rampa de estas características en una casa rural, es que ocupan demasiado espacio, y pueden “estropear” los accesos originarios del edificio, que resultaban estética y arquitectónicamente interesantes o eran uno de los puntos de encanto del entorno.
Ascensor en una casa rural
El ascensor es el acondicionamiento que mejor se adapta a las necesidades de quienes tienen problemas de movilidad, ya que todas las personas pueden utilizarlo indistintamente. Salvan desniveles de dos o más plantas en un espacio muy reducido y permite que personas con diferentes capacidades funcionales se muevan juntas por los espacios sin necesidad de desviar sus caminos.
En cuanto a los ascensores que deben instalarse en establecimientos de turismo rural, deben tener también una serie de características:
- Los botones de llamada del ascensor y de la cabina se deben situar a una altura de 0,90 y 1,20 m.
- El ancho de la puerta de acceso al ascensor debe tener como mínimo 80 cm de ancho.
- La cabina debe tener un mínimo de 1m de ancho y 1,20 de profundidad para que puedan acceder las personas en silla de ruedas.
En la actualidad hay 40 millones de personas con discapacidad en la Comunidad Europea. Son personas que quieren disfrutar de un ocio de calidad y accesible para ellos, sin embargo, no todas las casas rurales están adaptadas a sus necesidades.
Esto supone una pérdida de clientes para la casa rural, ya que este tipo de consumidor se ve obligado a acudir a otros entornos que sí estén acondicionados.
Comentarios recientes